Atlas del Conurbano bonaerense

9 de Enero

Cuadro 12: Viviendas según presencia de canilla con agua

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Respecto de la distribución del agua al interior de la vivienda, sólo el 70,5% de las viviendas poseen canilla en su interior, mientras que el 28,5% sólo tiene canilla en el terreno, pero fuera de la vivienda. Se han identificado 5 casos que no tienen canilla ni dentro, ni fuera.

Cuadro 13: Viviendas según uso del baño 

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Cuadro 14: Viviendas con baño según ubicación

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Cuadro 15: Viviendas con baño según posesión de inodoro o retrete con botón, cadena, mochila para limpieza

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Del parque habitacional existente se desprende que el 96 % (459 viviendas) tiene baño de uso exclusivo de la vivienda, mientras que para sólo 10 viviendas, el baño es compartido. Se han contabilizado también 9 viviendas que no poseen baño. Del universo de vivienda que poseen baño (470 viviendas), el 78,1% dispone de baño en su interior, mientras que el 21,9% cuenta con baño en el terreno pero fuera de la vivienda. Siguiendo con el mismo universo, la distribución respecto de la posesión de inodoro o retrete con botón, cadena o mochila para su limpieza, se modifica: la mitad posee este equipamiento, y la otra mitad no.

Cuadro 16: Viviendas según antigüedad

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Respecto de la antigüedad de las viviendas, la mayor frecuencia corresponde a viviendas que presentan una antigüedad de hasta 5 años. En esta franja se ubica el 67,2%, lo que representa un total de 321 viviendas. El 29,6% de las viviendas tiene una antigüedad que varía entre los 6 y los 10 años, y el 2,7% tiene una antigüedad que varía entre los 11 y los 20 años. Para dos casos no se ha podido consignar la antigüedad de la vivienda.

Cuadro 17: Viviendas según tipo de usos

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Cuadro 18: Viviendas según uso comercial

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

La presencia de otros usos al interior de la vivienda es escasa, sólo 66 viviendas, de un total de 479, presenta una actividad diferente a la residencial. Y de ese universo 53 viviendas presentan uso comercial, mientras que sólo 5 tienen un uso institucional y 6 un uso productivo. En dos viviendas se han registrado un uso diferente al residencial que no se ha especificado. Respecto del uso comercial el rubro kiosco es el más importante, y alcanza a 32 viviendas, luego se contabilizaron 8 viviendas con presencia de almacenes, 2 con panaderías, 2 con verdulerías, y 2 viviendas con comercios asociados a la venta de artículos de limpieza. Se han contabilizado también 2 viviendas en las que se realizan actividades de taller de costura.

Cuadro 19: Viviendas según tipo

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

El barrio 9 de Enero tiene 479 unidades que han sido contabilizadas como viviendas. Su distribución según los tipos definidos señala la presencia de casas en un 88,5% (424 unidades). Se han contabilizado además 52 casillas y 3 piezas de inquilinato.

Cuadro 20: Viviendas de tipo casas según cantidad de pisos

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

De las 424 casas identificadas, la distribución según cantidad de pisos contabilizados muestra que sólo 15 viviendas, menos del 4% del total, tiene planta baja y un piso, mientras que el resto sólo presenta planta baja.

Cuadro 21: Viviendas según cantidad de cuartos

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

La cantidad de cuartos por casa, señala que la mayoría cuenta con un único cuarto, además de baño y cocina, esto es así para 194 viviendas que representan el 40,5%% del parque habitacional construido, luego se ubican las que tienen dos cuartos alcanzando a 158 viviendas que representan el 33% del total. El 10% presenta tres cuartos además de baño y cocina. El 2,3% (11 viviendas) cuenta con cuatro cuartos. No se han contabilizado otros cuartos además de baño y cocina para 65 viviendas, que representan el 13,6% del parque habitacional construido.
 

En cuanto a la caracterización del parque construido, se realiza siguiendo el indicador CALMAT elaborado por INDEC, que grosso modo facilita la interpretación de la calidad constructiva de la vivienda, distinguiendo principalmente entre la presencia o ausencia de elementos resistentes en todo o alguno de los componentes de la vivienda (piso, paredes [exteriores] y techo); y en la presencia o ausencia de elementos aislantes y terminaciones en alguno o todos sus componentes. De este modo, el CALMAT varía de I a IV según estas dos variables relativas a los componentes mencionados. El CALMAT V agrupa a aquellas viviendas que presentan materiales no resistentes en todos sus componentes.

[CALMAT I: La vivienda presenta materiales resistentes en todos los componentes e incorpora todos los elementos de aislación y terminación.
CALMAT II: La vivienda presenta materiales resistentes en todos los componentes pero le faltan elementos de aislación o terminación al menos en uno de sus componentes pero no en todos.
CALMAT III: La vivienda presenta materiales resistentes en todos los componentes pero le faltan elementos de aislación o terminación en todos sus
componentes, o bien presenta techos de chapa de metal o fibrocemento u otros sin cielorraso; o paredes de chapa de metal o fibrocemento.
CALMAT IV: La vivienda presenta materiales no resistentes al menos en uno de los componentes pero no en todos.
CALMAT V: La vivienda presenta materiales no resistentes en todos los componentes.]

Cuadro 22: Viviendas según Calidad de Materiales

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Sobre un total de 479 viviendas, surge de la observación que el 59,9% (287 viviendas) se ubica en la categoría CLAMAT III, es decir que tiene materiales resistentes en todos sus componentes pero le falta algún tipo de terminación o aislación en todos sus componentes. Un porcentaje menor, el 25,2% se ubica en CALMATII, es decir que si bien tiene materiales resistentes en todos sus componentes, posee algún componente sin terminación o aislación. En el CALMAT IV y V se ubica el 12,6%, es decir un total de 60 viviendas. Por último, sólo dos viviendas corresponden a la categoría CALMAT I, que agrupa a aquellas cuyos componentes tienen materiales resistentes, terminaciones y aislaciones correspondientes.

Cuadro 23: Viviendas según tipología

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Siguiendo la clasificación del INDEC, el 52,8% de las viviendas se ubican en la categoría “tipo B” es decir que de las 479 viviendas contabilizadas, 253 forman parte del stock de vivienda recuperable mediando mejoras:

i) incorporación de agua por red, ii) de retrete con descarga y iii) piso con material resistente. El 35,7% de las viviendas (171) presentan condiciones adecuadas de habitabilidad conforme esta categorización, ubicándose en la categoría “tipo A”. Un 10,9% se ha contabilizado como “casilla”, alcanzando esta categoría a 52 viviendas, y sólo se contabilizaron 3 como “pieza de inquilinato”.

[Casa “tipo B”, cumple por lo menos una de las siguientes condiciones: no tiene provisión de agua por cañería dentro de la vivienda, no dispone de retrete con descarga de agua, tiene piso de tierra u otro material precario. El resto de las casas es considerado “tipo A”. Son consideradas viviendas deficitarias las casas “tipo B”, y las viviendas precarias. Se comprende como vivienda precaria a: ranchos o casillas, hogares en casa de inquilinato, locales no construidos para habitación y viviendas móviles.]

Los primeros lugares que habitaron los vecinos del barrio 9 de Enero, según el relato de los entrevistados, estaban armados con materiales precarios como chapa y cartón así como chapones de carteles publicitarios que habían caído por una tormenta.

En algunos casos inclusive, al momento de llegar instalaron una carpa sobre el terreno elegido.

También, recuerda uno de los vecinos que en los primeros tiempos sufrió en dos ocasiones la caída del techo y el derrumbe de una pared de cartón prensado como consecuencia de un temporal de lluvia.

Es destacable como la mayoría de los entrevistados refiere haber ido transformando su vivienda procurando incorporar materiales más sólidos y resistentes, de manera muy lenta y en la medida de sus posibilidades; en algunos casos, intentando ampliarla para acercarse a cubrir sus necesidades de espacio.

  

  

Este proceso de transformación de las viviendas, además de ser lento y paulatino, les demandó mucho esfuerzo y sacrificio. Para el acceso, la construcción o refacción de las casas varios de los vecinos fueron categóricos al afirmar que no recibieron ayuda o colaboración alguna. Uno solo de los entrevistados refirió haber recibido ayuda económica para la compra de los materiales.
El objetivo de lograr que sus viviendas progresen no siempre les resultó un camino fácil, sin embargo teniendo claro el objetivo y como prioridad indiscutible el mejoramiento de su casa, no dudaron en postergar incluso cuestiones de salud al momento de resolver en que se utiliza el poco dinero con el que contaban.

 

Situación de tenencia

Cuadro 24: Hogares según situación de tenencia

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la encuesta realizada en barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Poco más de la mitad de los hogares (52,4%) manifiesta ser dueño de su vivienda y terreno, mientras que cerca del 40% dueño solamente de su vivienda. El porcentaje de los hogares que se declaran no propietarios apenas supera el 5%, distribuyéndose de la siguiente manera: quienes viven en casa prestada (3,3%), quienes alquilan (2,6%) y quienes que se instalaron porque la casa estaba desocupada (0,4%).

Del corpus de entrevistas se desprende que el acceso a la vivienda que habitan está repartido entre quienes reconocen haber realizado una ocupación directa y aquellos que refieren haber “comprado” ya sea el terreno o la construcción que había en el lote.

Entre los relatos de quienes manifestaron comprar los terrenos o las viviendas, se desprende que la operación se realiza sin documentación, papeles ni títulos que acrediten propiedad de los que venden y compran.

El precio que abonaron varía considerablemente en un rango que va desde $ 200/$ 620 y hasta $ 4.000/$ 5.000 por terrenos que adquirieron en la mayoría de los casos sin ninguna vivienda construida. La variación de precio según los dichos de uno de los vecinos depende de la distancia a la que se encuentran los terrenos respecto a las calles. Como ya se mencionó en otro apartado de este informe, el principal motivo de la compra es la necesidad de tener un espacio donde vivir.

Como singularidad entre el grupo de compradores podemos señalar un caso en el que dos vecinos adquirieron conjuntamente un lote completamente vacío y con agua y por el que pagaron una de las cifras más altas. Otro relato que indica que pudo comprar el terreno con una piecita, por el que abonó uno de los precios más bajos, porque la vendedora permitió que le pagara en cuotas. Por último, un tercer entrevistado refiere que liquidó el pago de su lote, a un supuesto delegado de manzana, con un electrodoméstico y una parte con dinero.

 

 

 

 Existen varias referencias que indican que hubo personas que cuando fue el momento de la toma, se apropiaron de varios lotes, incluso manzanas enteras, que luego vendieron haciendo su negocio personal.

Esto permitió, en determinados casos, construir sus propias viviendas con el dinero obtenido de la operación comercial realizada a costa de la necesidad de otros. Es destacable que algunos de estos vendedores aún se encuentran viviendo en el barrio.

  

Quienes reconocen haber realizado una ocupación directa dan detalles del modo en que procedieron, cuentan que marcaban los lotes con hilos o cintas y contaban los pasos para medir las dimensiones; además, debían quedarse cuidando el lugar o dejar a algún familiar que lo hiciera para que no se instalara otro, la permanencia les otorgaba frente a los otros ocupantes el derecho de adueñarse del terreno.

  

Pocos entrevistados han referido que en alguna oportunidad se presentaron personas interesadas en adquirir las propiedades. Quienes recibieron ofertas por sus viviendas manifestaron que no accedieron a la venta porque no tienen otro lugar donde vivir, en otro caso porque considera que realizó muchos sacrificios en los primeros tiempos para conseguir el terreno y además mucho esfuerzo para progresar y tener una casa, que será para sus hijos en el futuro. Esta trayectoria en el tiempo sumada a la relación que pudo establecer con sus vecinos, le despertó un sentimiento de pertenencia al barrio que la lleva a no querer cambiarlo.

La preocupación por regularizar la situación de tenencia de su vivienda es un tema que se repite a lo largo de las entrevistas, casi todos han realizado averiguaciones, han participado en reuniones entre vecinos, con las autoridades municipales y provinciales y también con los apoderados de los supuestos dueños del predio donde se encuentra el asentamiento. Nombraron a un grupo de vecinos que los representara, hicieron diversos trámites presentado la documentación que les requerían, fueron censados, consultaron abogados, gestores y tasadores. Todas y cada una de estas acciones fue infructuosa.

Refieren que la Municipalidad les promete que van a otorgarles la titularidad de las tierras pero siempre en momentos electorales pasados los cuales “muere todo” y que esto ya ocurrió en varias oportunidades.


Es sumamente importante la documentación que les acredite la propiedad sobre sus viviendas para casi todos los habitantes de 9 de Enero, consideran que esto les permitiría realizar trámites para conseguir servicios y ayudas estatales para el barrio. Además, para los pioneros “sería una victoria tremenda” y muchos verían el sueño cumplido de dejarles una casa a sus hijos para que en el futuro no tengan que pasar las necesidades que pasaron ellos. Saben que deberán esforzarse para hacerlo, pero la mayoría está dispuesta a pagar por las propiedades, si les hacen una propuesta acorde a sus posibilidades económicas. También reconocen que estos trámites demorarán mucho tiempo pero se ilusionan con el momento en que les confirmen que se han iniciado.