Atlas del Conurbano bonaerense

9 de Enero


Ayudas que brindan los hogares

Tabla 4: Hogares según tipo de ayudas brindadas en los últimos 6 meses a personas que no viven en el hogar

Fuente: Elaboración propia en base a datos de la encuesta realizada en barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011. Base: 481 casos.

Entre las ayudas que brindan los hogares a personas que no pertenecen al hogar se destacan, en primer lugar, las colaboraciones en vestimenta (21,8%), en segundo lugar, la entrega o envío de dinero (19,4%) y, en tercer lugar, la ayuda en alimentos (16%). En menor medida, algunas de las otras formas de ayuda que los hogares brindan a otras personas son: recibir a comer en su casa (7,6%), conseguir trabajo (6,8%), colaborar en construcción o reparación de las viviendas (6,8%).

Tabla 5: Hogares según destinatarios de las ayudas brindadas en los últimos 6 meses

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011. Base: 481 casos.

Estas ayudas tienen como destinatarios principalmente a otros familiares (33,7%), seguidos por los vecinos (23,85). Las ayudas se concentran enteramente en el barrio, en el caso de los vecinos, y aproximadamente mitad dentro y mitad fuera, en el caso de los familiares.

Ayudas que reciben los hogares

Tabla 6: Hogares según procedencia de la ayuda en dinero recibida en los últimos 6 meses

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011. Base: 481 casos.

Por fuera de las políticas sociales del Estado, la ayuda en dinero que reciben los hogares es muy baja. Proviene fundamentalmente de familiares, tanto del barrio como externos a él, y corresponde apenas al 6,2% de los hogares.

Tabla 7 : Hogares según procedencia de las ayudas recibidas para conseguir trabajo, alimentos y comida en comedores en los últimos 6 meses

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011. Base: 481 casos.

Tabla 7 (continuación): Hogares según procedencia de las ayudas recibidas en remedios, vestimenta y/o calzado y en tareas de cuidado en los últimos 6 meses

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011. Base: 481 casos.

En la tabla 7 se incorpora el Estado como actor probable en estas redes de ayudas, quien aparece como el mayor benefactor en términos de ayudas brindadas en alimentos y remedios, no así en el acceso a trabajo. El resto de las posibles fuentes de ayuda tienen una presencia nula o demasiado baja, salvo algunas pocas excepciones. Para conseguir trabajo, el 8,1% recibe ayuda de familiares que no viven en el hogar y el 8,6% de otras personas o instituciones. En alimentos, el 35,2% recibe ayuda del Estado. En relación a la ayuda recibida en comedores, en general, son muy pocos los hogares que la reciben: el 2,8% a través de la iglesia o grupos religiosos y el 1,4% de otras personas o instituciones. En cuanto a la ayuda en remedios, el 12,8% de los hogares recibe ayuda del Estado; porcentaje que asciende a 26,1%, si incluimos a la salita como un actor estatal. Respecto a la ayuda en vestimenta o calzado, el 2,1% de los hogares recibe del Estado, el 2,1% de familiares que no viven en el hogar y el 1,8% de otras personas o instituciones. En tareas de cuidado, el 4,2% recibe ayuda de familiares que no viven en el hogar y el 1,3% de otras personas o instituciones.

Tabla 8: Hogares con niños y adolescentes de hasta 18 años, según procedencia de la ayuda recibida en vestimenta escolar (guardapolvo, zapatillas, etc.) o útiles escolares en los últimos 12 meses

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011. Base 429 casos.

En lo que refiere a ayudas específicas para niños y adolescentes, la presencia de ayuda estatal es aún más baja (11,3%) y la ayuda no estatal mantiene similares niveles de insignificancia, respecto a las ayudas referidas al conjunto de los hogares.

Cuadro 39: Hogares con niños y adolescentes de hasta 18 años según percepción de comida en forma gratuita en la escuela, en los últimos 6 meses

Fuente: Elaboración propia en base a la encuesta realizada en el barrio 9 de Enero (Esteban Echeverría). Junio de 2011

Los comedores escolares son la institución que mayor ayuda específica brinda a los hogares con menores. El 34,8% de los hogares con niños y adolescentes manifiesta haber recibido comida en la escuela.

Según el relato de los vecinos que respondieron la entrevista en profundidad, las redes de ayuda familiar, entre quienes las reconocen, funcionan bidireccionalmente entre padres e hijos, también refieren cooperar con hermanos y cuñados y esto es recíproco.

La asistencia generalmente se manifiesta en forma de colaboración con dinero y en ocasiones ayuda con la alimentación ya sea recibiéndolos a comer en su casa o acercándoles víveres.

También se registraron respuestas negativas ante la pregunta sobre la recepción o no de ayudas familiares o de amigos.

Al momento de hablar sobre las ayudas estatales, con frecuencia, los entrevistados se expresan sobre ellas sin distinguir si la asistencia proviene del Estado Nacional, Provincial o Municipal, ni reconocen con certeza el nombre del plan o del beneficio que perciben, llegando incluso en algunos casos a confundir unos con otros.

 

 

En este marco, de las entrevistas realizadas, se desprende que las ayudas estatales más reconocidas son el Plan Más Vida, a través de la cual, aquellas familias que tienen niños menores de seis años, adquieren fundamentalmente alimentos y leche, y la Asignación Universal por Hijo.
El Plan Más Vida es un programa de la Subsecretaría De Políticas Sociales del Ministerio de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires y la AUH corresponde al Ministerio de Desarrollo Social dependiente del Poder Ejecutivo Nacional.

El Plan Más Vida tal vez es uno de los más presentes en los relatos de los entrevistados, Reconocen que a través del plan reciben la leche para los niños hasta los seis años. La mayoría tiene la tarjeta correspondiente, a través de la cual pueden comprar mercadería. Como crítica un vecino señala haber recibido malos tratos por parte de algunas de las manzaneras.

Uno de los relatos sostiene que la llegada del Plan Más Vida al barrio fue la piedra fundamental que incitó a la Municipalidad a brindar alguna asistencia a los pobladores a través de las coordinadoras responsables del barrio. Por otra parte, señala que las ayudas recibidas por medio de las diferentes tarjetas y beneficios, son su única entrada segura con la que cuenta mensualmente.

Con relación a que el Plan Más Vida colaboró para que la asistencia de parte de la Municipalidad se hiciera efectiva en el barrio, otra vecina se expresó de igual manera que el anterior, y además manifestó que esto la motivo a querer participar como manzanera. Las ayudas municipales conseguidas, no se limitaron a la entrega de chapas y colchones cuando había damnificados por las tormentas, sino que también respondieron ante pedidos de ropa y medicamentos para quienes los necesitaban. Esta vecina también denuncia la falta de salitas de atención a la salud y de establecimientos educacionales en el barrio y que existen familias con tres chicos discapacitados que no tienen ayuda alguna de parte del Estado.

Otro vecino relata que la ayuda con chapas, después de la tormenta que causó serios daños en las viviendas, provino del Estado Nacional y no de la Municipalidad.

Pocos vecinos han declarado no percibir ningún beneficio social ni plan proveniente del Estado. En general sobre los planes, algunas personas se quejan, manifestando que han sido dadas de baja sin explicación y sin reemplazar esa asistencia de alguna otra manera o que han hecho innumerables trámites para registrarse como beneficiarios sin ningún resultado positivo.

Por último, en dos de los hogares que fueron consultados se encontraban esperando la resolución de trámites para percibir una pensión por problemas de salud de alguno de sus miembros.

Del corpus de entrevistas se desprende que existe una presencia significativa de redes de ayuda vecinales en el barrio que se materializan al momento de detectar la necesidad en el otro o de requerir asistencia, cada uno colabora en la medida de sus posibilidades.

Según surge de las entrevistas, las ayudas vecinales reconocidas son el intercambio de ropa, el cuidado de los hijos durante el horario laboral a cambio de tareas de lavado y planchado o la costura, también se prestan dinero y alimentos.

Se juntan para realizar mejoras en el barrio que, generalmente consisten en el relleno de las calles, con camiones de tierra y piedras que pagan entre todos los vecinos de la cuadra.

Uno de los vecinos también recuerda la colaboración y asistencia que le prestaron cuando a raíz de la caída de un poste de luz sobre su casa se quedara sin servicio durante una semana y otro vecino se la facilitó y también le da agua cuando se le corta.

Como muestra de solidaridad vecinal uno de los pobladores que cuenta que en ocasión de una fuerte tormenta en la que se le inundó por completo la carpa en la que dormía con sus hijos, uno de ellos bebé de meses, otra vecina le brindo su casa para que se alojara con sus niños. Sostiene además que “son unidos los pocos que nos tratamos”.

Otro de los relatos reconoce haber recibido asesoramiento para tramitar ayuda para un hijo discapacitado.

Sólo uno de los vecinos entrevistados nota un cambio en la actitud vecinal, aunque reconoce que no tiene problemas, advierte que en la actualidad hay menos unión entre la gente que en los primeros tiempos. Sin embargo, otros opinan de manera opuesta y sostienen que como ahora se conocen más también perciben más ayuda y unión vecinal.

Como muestra de la dicotomía antes señalada –ayuda / no ayuda vecinal– contamos con el relato de un vecino que comienza diciendo de manera categórica que no hay unión ni colaboración entre los vecinos y luego admite un intercambio fluido constante de ropa y calzado entre ellos.

  

Pocos vecinos no perciben una unión vecinal al menos en la zona en la que se encuentra su casa, sostienen que no hay comunicación ni interés por ayudarse.

  

La mayoría de los vecinos entrevistados admite haber pasado por momentos de falta total de dinero, recurren a una variedad de mecanismos de defensa y estrategias de supervivencia frente a este hecho. Entre ellos la ayuda por parte de familiares es uno de los primeros recursos mencionados, piden dinero prestado generalmente a los padres que luego devuelven cuando pueden. De igual modo se comportan aquellos que piden mercaderías a cuenta en los comercios del barrio y cuando vuelven a contar con dinero saldan las deudas.

La solicitud de dinero a familiares a modo de préstamo y el pedido a cuenta se convierten en una rueda difícil de detener, ya que al momento de cobrar, deben devolver el dinero pedido o cancelar lo adeudado. El remanente que les queda les resulta nuevamente insuficiente por lo que deben recurrir a un nuevo endeudamiento.

Existen varias referencias que indican que la búsqueda de trabajo, generalmente en tareas de limpieza por horas, se hace en lugares donde ya han trabajado o a través de contactos. Uno de los vecinos también cuenta que concurre al Mercado Central donde compra lo que puede o junta alimentos de los que descartan para preparar la comida.

Uno de los pioneros recuerda que en los primeros tiempos del barrio, era muy difícil y cuando no contaban con dinero, han llegado a vender ropa y calzado que no usaban en una feria, se calentaban prendiendo fogatas afuera de su casa y cocinaba lo que podía, porque para ella, “en esta vida todo se puede. Tenés que tener voluntad, nada más”.